El majestuoso Berlín realmente fascina.

Berlín es una ciudad histórica, sus orígenes se remontan a más de 800 años, y sin embargo es una ciudad muy moderna....Berlín es también una ciudad muy tolerante, y es que en ella se mezclan orígenes étnicos muy diferentes debido principalmente a la inmigración sufrida a lo largo de muchos siglos. Alemanes, hugenotes franceses, judíos, rusos, turcos y otros numerosos grupos conviven en el tolerante Berlín mezclándose razas, religiones, creencias y estilos.

Berlín también combina sus obras maestras históricas con los edificios de la era actual. Ahí están los proporcionados edificios referencias de la Antigüedad clásica. Son esos grandes edificios de piedra de claras formas cúbicas del clasicismo de Karl Friedrich Schinkel y sus pupilos que marcaron una época de esplendor en la arquitectura de Berlín.

Después vinieron las influencias del Renacimiento y Barroco francés que tuvo como consecuencia la elaboración y dinamismo de las fachadas con un estilo hasta incluso extravagante. El historicismo dio lugar a las formas neo-barrocas de Ludwig Hoffmann.

Más tarde surgió el fuerte desarrollo industrial que hizo crecer exageradamente a la capital del Imperio y tras la Primera Guerra Mundial Berlín llegó a ser el centro del Modernismo, aunque impedida momentáneamente por la crisis económica, desarrollando las infraestructuras e iniciando una época de arquitectura del Nacionalismo Socialista.

Con la Segunda Guerra Mundial grandes áreas de la ciudad fueron destrozadas, y finalmente dividida Berlín y construido El Muro en 1961. El lado Oeste para los franceses, ingleses y americanos, y los soviéticos en el lado Este. A menudo es fácil confundirse hoy en día en que lado estás, quizás la mayor y más visible diferencia la apreciamos en su arquitectura.

Durante estos años la arquitectura en Berlín la conformaron nombres como Peter Behrens (y sus edificios industriales), Oskar Kaufmann, Erich Mendelsohn, Max Taut, Martín Wagner, Bruno Taut, Hans Scharoun, Walter Gropius, Ludwig Mies van der Rohe, Le Corbusier (Unité d´habitation), ..., que firman planes urbanísticos y edificios en Berlín de principio de siglo.

En 1990 la ciudad se reunifica, y se va remodelando con los edificios actuales, modernos, de hierro y cristal, post-muro-berlinés, grandes desafíos de nuestra época, con firmas relevantes en la arquitectura mundial actual como Aldo Rossi, Renzo Piano, Helmut Jahn, Giorgio Grassi, Norman Foster, Arata Isozaki, Richard Rogers, Frank O. Gehry, Libeskind, Zaha M. Hadid, Moneo, Perrault ... Estos son esos edificios que van formando el Berlín del siglo XXI, donde se han invertido grandes sumas de dinero y que quieren hacer desaparecer de nuestros recuerdos los horrores acaecidos en la Alemania de la guerra.

Está Berlín en obras (aún de las muchas obras que ya se han ejecutado y que van lavando poco a poco la cara a la capital de, hoy, una de las grandes ciudades europeas), y estará aún en obras durante un largo periodo de tiempo. Está Berlín de cambio continuo e imparable.

Estar una semana en Berlín es suficiente para darse cuenta de lo mucho que tiene esta ciudad que ofrecer al visitante, y al lugareño, para disfrutar, ver, embelesarse, distraerse. Es una ciudad de espectáculo, y de ambiente bohemio, es una ciudad que lo tiene todo como ciudad de servicios. Una semana es tiempo suficiente para saber que hay muchas cosas por ver y disfrutar en Berlín, y por admirar, y es tiempo suficiente para darse cuenta de que necesitamos otra semana para saborearlo.

Berlín es la capital de las nuevas ideas, del desembolso económico, y de los grandes proyectos. Berlín es una ciudad donde pueden disfrutar los seguidores de la buena arquitectura. Y como guión, una muestra (y digo bien y premeditadamente una muestra) porque sería muy extenso tratar de otra forma la ciudad: