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REFORMA DE  LA CASA DE JUNTAS DE AVELLANEDA 1992-94
(Extracto del dossier editado por las JJ. GG. de Bizkaia en 1994)

"Memoria Histórica".

    "...La memoria histórica de los pueblos se hunde en profundas raíces, y tanto las Instituciones como sus sedes y símbolos son adoptados como elementos representativos del pasado y del devenir de la comunidad misma.

    Cuando, tras un largo siglo despojada de sus Juntas Generales, Bizkaia recuperó su Institución más genuina, Las Juntas, como en justicia y derecho les correspondía, asumieron su responsabilidad para con la Casa de Juntas de Gernika y de Abellaneda... Respecto a Abellaneda, era primordial elevarla al nivel que su propia dignidad reclamaba, para lo cual se estimó oportuno convertirla en un Museo que diera fe de la rica historia encartada. Si hubiera que buscar algún motivo que justificara de alguna manera la decisión adoptada, bastaría con echar una mirada a Las Encartaciones para constatar inmediatamente el amor que profesan los encartados a Abellaneda, hasta el punto de considerarla como símbolo de esa recia tierra de Bizkaia y exponente de su dilatada historia..."

            Antón Aurre, Presidente de las Juntas Generales de Bizkaia en 1994.

"Abellaneda vive"

    "El conjunto museístico de Abellaneda tiene hoy una entidad muy superior a otras etapas de su biografía, con una capacidad aglutinadora necesaria para convertirse de verdad en referencia obligada dentro de Las Encartaciones, de Bizkaia, preocupación prioritaria que motivó en su día a las Juntas Generales para abordar su recuperación.

    Abellaneda era un ricón olvidado, donde penaba un pequeño Museo desordenado, sin grandes alicientes en sí mismo, y desconectando de todo circuito cultural. Frente a dejarlo morir, y tocando el edificio por los males propios de una pobre construcción de postguerra, la apuesta institucional fue recogida por los técnicos, con el severo atrevimiento de intentar alcanzar un convergencia entre la necesidad institucional, un ambiente apto para la cultura, y realidad de una contención en su costo.

    No fue en absoluto difícil. Conseguir que un edificio sea arquitectónicamente interesante, máxime si puede ampliarse, requiere una filosofía bien sencilla: hacer mejor el edificio consiste en hacerlo más fácil.

    El conjunto de edificios del que se partía era una suma de elementos, ligados con una indudable lógica, en particular desde la última reforma importante de 1.942-53. Una lógica, no obstante, que respondía muy mucho a la visión ecléctica y , por qué no decirlo, un poco ñoña del momento. Un conjunto que, sin un sentido institucional claro en aquel momento, nos ha llegado a hoy como algo que pretendía ser lo que realmente era, como una suma de elementos estilísticos que su conjunto forman una atractiva imagen no por ro rigor y al real presencia de un arquitectura a caballo entre lo clásico y lo pintoresco, sino precisamente por lo sugerente e incluso romántico de su imagen.

    La propuesta de las Juntas Generales de Bizkaia era dotar a la Casa de Juntas de Abellaneda de una definición propia com Museo y centro cultural de Las Encartaciones, con la trascendencia social, institucional y cultural que ello conlleva. Desde esta idea se desarrolló una propuesta arquitectónica que pretendía también dar un sentido definitivo al conjunto.

    El proyecto arquitectónico pretendía reforzar las características de singularidad y pintoresquismo del conjunto, respondiendo a la vez a las demandas de nueva superficie, y potenciando el papel institucional del edificio. Y a la vez intentaba enlazar los edificios existentes con el parque, un espacio de hermosas posibilidades pero al que la Casa de Juntas daba descaradamente la espalda, por lo que tenía más las características de área residual que de parque propiamente dicho. Se trataba, en fin, de obtener un conjunto urbanísticamente claro, funcional, e identificable simbólicamente...

    ...La Torre sigue presidiendo con su mole, y si acaso se desparrama por el parque, buscando una mayor integración. La naturaleza entera se funde con la arquitectura a través de las grades superficies acristaladas. Desde fuera, Abellaneda impacta. Desde dentro, se respira, se tocan los montes. Luz y color lo dicen todo. En el diálogo con el exterior, y en los juegos interiores, que consiguen articular recorridos, interesarse por descubrir el siguiente espacio y sus contenidos.

    Y es, o quiere ser, juego. Un Museo no agobiante, sugerente al visitante: a los niños como mayoritarios usuarios, en las salidas que la Escuela realiza a lo largo del curso; y a los mayores, que una vez fuimos niños.

    Solo el uso, el respirarlo, el conocerlo, permitirá descubrir el grado de complicidad y enamoramiento entre la nueva arquitectura, una arquitectura de hoy, y sus usuarios.

    La arquitectura no se cuelga en la pared. Se vive."

            Javier A. Muñoz, Arquitecto.