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Historia del Museo
Hay que remontarse a 1908, para fijar en esa
fecha el acuerdo que unió al Ayuntamiento de
Bilbao y a la Diputación de Vizcaya, en el
empeño por poner en marcha el primer Museo
de Pintura, dotado con las obras que
formaban parte del patrimonio acumulado de
ambas Instituciones.
Y
será en 1914, cuando el Patronato creado
abra al público las salas adaptadas como
Museo de Bellas Artes, en el antiguo
Hospital de Achuri, trasladada la función
hospitalaria al flamante y nuevo entonces
Santo Hospital de Basurto, y reconvertido el
edificio de Achuri, como actividad
principal, a Escuela de Artes y Oficios.
A las colecciones públicas, se añadieron
donaciones privadas, algunas importantes,
cuales fueron por ejemplo de las familias
Jado o Plasencia. A la actividad de obtener
fondos, de engrandecer la calidad de
contenidos, dedicó su vida Manuel Losada,
mas conocido a veces por su calidad de
pintor que por su faceta gestora al frente
del Museo durante cuarenta y nueve años,
hasta su fallecimiento.
A
él se debe también en buena parte la fusión
del Bellas Artes, con el llamado Museo de
Arte Moderno, creado en 1923, una década de
cambios impetuosos en el arte, bajo el
impulso de Lorenzo Hurtado de Saracho,
hombre polifacético, diputado, y
perteneciente a una potente familia vizcaína
relacionada con la minería, la banca,...Este
Museo, según se decía en su carta fundadora
(también refrendada por Ayuntamiento y
Diputación), nació con la intención de
proporcionar cauce a la cultura local, a los
nuevos artistas, "como una antena sensible a
todos los mensajes, por alejados y extraños
que parezcan. Podremos así estar bastante
bien informados del movimiento artístico en
el mundo, y sobre todo podrán estarlo los
artistas que se inicien..." Este Museo quedó
instalado en una parte del edificio trasero
a la Diputación, el de la Biblioteca y
Archivo, y allí permaneció hasta su fusión
con el de Bellas Artes, y la construcción,
en los difíciles años de la postguerra
civil, del Palacete de los Museos del
Parque.
Para
ello se había convocado un Concurso de
Arquitectura, de importante repercusión en
aquellos años, siendo ganadores Fernando
Urrutia y Gonzalo Cárdenas. En el proyecto
definitivo, tras de controvertidas
polémicas, intervendría también Segurola,
arquitecto municipal. Ninguno de ellos
podría concluir las obras, siendo Eugenio Mª
Aguinaga quien lo haría, tras diversas
paralizaciones, e inaugurándose finalmente
en 1945. Clasicismo historicista, Cárdenas,
atrevimiento de la planta, Segurola, y
referencias vienesas de la fachada
principal, Aguinaga, acaso sea un resumen
demasiado apresurado del paso de tantos
arquitectos en este primer edificio, que sin
embargo hoy aparece como una agradable
unidad, valiente para su época.
Será en un momento económicamente expansivo,
en 1963, cuando el prolífico (e inteligente)
Alvaro Líbano proyecte la ampliación
"moderna" del Museo hacia la zona posterior,
cerrando la planta en L anterior con un
volumen rotundo en paneles de acero y
vidrio, un pabellón que juega sin embargo
con elementos de arquitectura y tipología
absolutamente relacionados con el edificio
inicial. La obra la lleva a cabo junto con
Ricardo Beascoa, arquitecto municipal.
Y
llegamos, y es inevitable la relación
"sociológico-política", al momento
Guggenheim. Los nuevos tiempos de Bilbao, y
una nueva dirección en el Museo, llevan a
una renovado preocupación por la capacidad
artística del Museo, necesitado de nuevas
superficies, y de una renovada imagen que se
busca con un nuevo Concurso de Arquitectura
para su Ampliación y Reforma. Resulta
ganador Luis Mª Uriarte , arquitecto aún
jóven, de galardonada experiencia en
concursos, y de meritoria y positivamente
arriesgada trayectoria profesional, que
dirige las obras hasta su conclusión en el
2001.
La
reforma era difícil, su proyecto complejo, y
la ejecución resulta en cambio aparentemente
simple. Se apuesta definitivamente por el
lado posterior, por la plaza interior, al
punto que el visitante puede incluso
desconocer la existencia de la fachada
"histórica", aspecto quizás mas complicado
de entender. Al Museo se le da la vuelta, en
suma, quedando la antigua planta baja del
edificio de Líbano, como nuevo hall del
Museo, a partir del cual es muy límpia la
visión y organización espacial, las
comunicaciones horizontales y verticales. La
"ruptura" de la fachada en el ángulo de la
cafetería y el muro cortina que enlaza al
edificio original, devuelve una cierta
tranquilidad visual, relajante, a la
anterior solución de Líbano.
En
resumen, y en palabras del actual Director
Miguel Zugaza, en el acto previo de
inauguración del pasado día 5.11.2001, "el
Museo de Bilbao debía ponerse a la altura de
las circunstancias; con esta reforma, se ha
logrado un nuevo Museo que dignifica la
ciudad de Bilbao y en el que se
rentabilizará al máximo su colección
permanente con exposiciones anuales que
saquen a la luz sus obras más
significativas, y colocar al museo en una
posición en la que pudiera competir en
igualdad de condiciones con las ofertas
culturales del resto del estado e incluso
del ámbito internacional".

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